Una docena de cosas que sabes y no debes olvidar a la hora de beber pasados los 40
Si alguien empieza a leer buscando un consejo como “No beber” que deje de leer. Aquí no lo va a encontrar.
Con 40 palos o más, todos llevamos bebiendo una considerable cantidad de
años, acumulamos litronas, copas, chupitos, bebidas horrorosas,
borracheras memorables y borracheras para el olvido.
Creemos que lo sabemos todo sobre el mundo de las copas.
Y lo sabemos. Claro que lo sabemos, años de estudio de campo nos hacen a (casi) todos bebedores a nivel experto.
¿Cuál
es el problema? Que a mayor conocimiento, menos tiempo para practicar.
Menos ocasiones para salir de copas. El resultado de esa falta de
práctica es que se te olvidan los conocimientos, y corres el riesgo de
destrozar una de esas pocas ocasiones en las que puedes darte al alcohol
por un olvido imperdonable, por no haber repasado los apuntes.
¿Qué es lo que no se te puede olvidar? ¿Qué debes grabarte a fuego en la mente… perdón, en una lista en el evernote?
1. No mezclar
Cuando eras joven e inconsciente mezclabas sin
conocimiento. Luego adquiriste el conocimiento supremo y dejaste de
hacerlo. El problema es que ahora quedas y la ansiedad te puede. Sin
darte cuenta, bebes cañas antes de cenar, bebes vino con la cena, un
chupito de hierbas, brindas con champán y luego copas. Error.
2. La compañía
En
tu juventud lo importante era la bebida, la compañía daba igual o no
era lo prioritario. Cualquier compañía era susceptible de mejorar con
las copas adecuadas. Ahora no. Ya sabes que una mala compañía puede
arruinarte unas cañas, un buen vino o unas copas. Elige con quien bebes.
3. Cuidadín con las ocasiones especiales
Bodas, bautizos
y comuniones. Bebida a mansalva, gente que hace mucho tiempo que no
ves, sensación de “coño… cuánto tiempo hacía que no nos veíamos”, y
acabas potando delante de tu madre o de tu tía. Una regresión a la
adolescencia completamente innecesaria.
4. El móvil
Con
un nivel de alcohol en sangre el móvil es una fuente inagotable de
problemas y preocupaciones. Se te puede caer al váter cuando te estés
tambaleando intentando acertar en la taza, se te puede olvidar en el
taxi al pagar, puedes dejártelo en un bar y lo que es peor… puedes
tuitear y mandar mails completamente inapropiados, inadecuados e
improcedentes… que verás al día siguiente.
5. Valorar la sinceridad
Estas de copas, ya tendrás ocasión de
hablar en serio. Con alcohol en sangre no es el momento de sentirte
llamado por el camino de la sinceridad absoluta y confesarle a tu
compañero de copas cosas que no necesita saber y lo que es peor… no
quiere saber. Algo como… ¿sabes un secreto? Me mola tu chica. Además, al
día siguiente, toda la noche será un agujero oscuro… menos esa frase
que aparecerá en letras doradas flotando sobre tu cama.
6. Si es posible, organiza tu resaca
Crees
que sí, crees que no vas camino del viejunismo, crees que tienes
aguante, pero no es verdad. Los tiempos en que con resaca te levantabas y
te ibas a jugar un partidillo y luego de aperitivo, han muerto.
Organiza tu tiempo para poder ser una ameba al día siguiente de las
copas.
7. Los compromisos laborales
A ver, esto no lo
traes aprendido de serie. Cuando eras jovenzuelo no había comidas ni
fiestas de empresa. Es fácil que tras un momento de tensión en una
ocasión de copas laboral te relajes y acabes bebiendo como si estuvieras
de botellón. Mala idea. En el curro eres abstemio. Totalmente abstemio y
nunca has bebido ni te ha gustado.
8. Gente sobria que no se siente discriminada y por tanto recuerda
Cuando
éramos (más) jóvenes el abstemio o abstemios eran un grupo que se
sentía discriminado, así que no osaban a la mañana siguiente de una gran
borrachera a recordarte todo lo que habías hecho. Con 40, el abstemio
se ha hecho fuerte y suele ser muy cabrón, recuerda todo y lo que es
peor… te lo restriega. Huye.
9. Euros, euros, euros
En medio de los vapores alcohólicos que
nos hacen ver la vida de color de rosa y nos hacen retroceder a
memorables ocasiones alegría y alboroto, es muy normal que se nos olvide
la moneda única y paguemos alegremente… para al día siguiente decir:
¿Qué me gaste 100 euros en copas? Y llorar amargamente.
10. El bus
En
un bus a las 5 de la mañana, hay muchas posibilidades de con toda la
borrachera encontrarse pensando cosas de abuelo cebolleta, mirar a los
jovenzuelos que van a tu lado y pensar “Yo no era así”. A casa hay que
volver en taxi como los ricos o andando dando tumbos y sin zapatos, como
los valientes. (Inspirado en @mediotic)
11. En pareja
En
caso de salir en pareja, es mejor volver a casa en pareja. Parece que tu
pareja está receptiva, que tenéis una relación adulta y comprensiva.
“Yo me voy, tú quédate si quieres” significa lo mismito que cuando tu
madre te decía “Haz lo que quieras”… es decir… ”te vas a cagar”.
12. ”No me apetece nada. Voy, saludo, me tomo una copa y vuelvo pronto”
Después
de tantos años hay que saber que esa frase significa: “Voy, me mato a
copas, vuelvo sin móvil, sin abrigo, sin las llaves y mañana quiero
morirme de la resaca”.
Con todos estos datos frescos en la
memoria. Coged la agenda, elegid una fecha, marcadla en rojo y salid a
mataros a copas. Sin mezclar, sin móvil, con la gente adecuada y
volviendo a casa a cuatro patas si hace falta…En breve os apetecerá solo
pacharán con la partida de dominó y será el fin.
Hace 14 años
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